Los tres portales de la curación: Madre, Padre, Dios, nos dirigen hacia nuestra infancia y nos ayudan a identificar una herida central, de la que todas las demás heridas son solo reflexiones. Identificar esta herida central nos ayuda a comprender lo que nuestra alma está aquí para transformar y, finalmente, trascender.
Dentro de los portales se encuentran todas las áreas de conflicto y lucha humanas, así como nuestra clave para la libertad. Centrar nuestra atención en cada uno nos permite conectarnos con la fuente de nuestro dolor, entender nuestra biografía y despejar nuestro cuerpo emocional expresando nuestra oculto sentimientos. Este es el proceso de curación, en el que podemos restablecer nuestra relación con la confianza, con nuestra guía interna y con una mayor comprensión de quiénes y qué somos.
El viaje a través de cada uno de los portales proporciona un espacio para las siguientes etapas de la curación. La danza proporciona acceso a capas más sutiles de conciencia, debajo de la mente, directamente en el contenido de lo que necesita sentirse e integrarse.
El proceso de curación continúa hasta que todo lo que queda es amor. El amor hacia tu madre, lo femenino y lo femenino. El amor hacia tu Padre, lo masculino y lo masculino. Amor hacia Dios, y la confianza de que todo es perfecto.
Si somos capaces de llegar a un lugar donde no queda nada más que amor, somos libres.
Poder disfrutar de la presencia es una de las mejores cosas para un alma humana en evolución a la experiencia. Sólo en presencia hay quien puede saborear el néctar de la dicha. Sin embargo, para disfrutar de la presencia, es necesario curar las heridas del pasado que aún actúan en nuestros sistemas y distorsionan la realidad real.
Sentirás más armonía con tu pasado, habiendo dado un paso hacia la sanación de tus relaciones y habiéndote liberado del peso de tu propia historia. Habrá una mayor comprensión de lo que ha ocurrido en su vida y su lugar en el servicio al viaje de su alma. También te sentirás más cerca de poder mirar a los ojos de tu madre, tu padre y Dios con amor y gratitud, y sentirás gratitud por todo lo que ha sucedido en tu viaje por la vida. Y finalmente, vendrás a descubrir por qué estás aquí y podrás poner tus dones al servicio del amor.
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Un lugar ideal para este retiro de movimiento consciente, lejos del ruido y el estrés de la vida cotidiana.
El centro está ubicado a 9 kilómetros de Asís, a lo largo del antiguo Sendero de San Francisco, un sendero que ha sido seguido durante los últimos siglos de 8 por muchos peregrinos inspirados en la vida de San Francisco de Asís.
La instalación está inmersa en las innumerables tonalidades de verde que son tan características de Umbría. Las comidas vegetarianas orgánicas italianas hechas en casa y sanas agregan una capa de placer y nutrición a la experiencia.
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